Las prácticas que se implementan a través de la Disciplina Positiva son el fundamento para la justicia social y la equidad en nuestras comunidades pedagógicas y en las instituciones escolares. La Disciplina Positiva también es una práctica reparadora enfocada en la construcción de habilidades para reparar errores y sanar relaciones. Cuando se pone en práctica tal como está diseñada, la Disciplina Positiva es preventiva: a medida que las personas en la comunidad desarrollan más habilidades para autocontrolarse y solucionar problemas, se reducirán los problemas disciplinarios.